Se acabó. Antes podía darte las oportunidades que hubieras querido. Antes. Ahora ya... Ya no. Se perdió la magia. No he parado de pensar en ti, ni un solo momento, pero cada día de diferente forma. Me consolé pensando que tú eras feliz, y por lo tanto, yo también deberia serlo. Y así fue. Fui feliz, sin pensar en el pasado, tirandolo todo a la basura, volviendo a ser una niña enamoradiza y risueña, volviendo a cerrar los ojos que tú me enseñaste a abrir. Ahora ya es un poco tarde, no tengo pensado olvidar quién soy otra vez.
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