Llega un momento de tu vida en el que ya no te queda nada que esperar. Esto puede ser bueno o malo. Puede que sea porque ya has cumplido tus metas, tus objetivos, con éxito, y que ya no sabes que hacer. O también puede ser porque te han quitado un porcentaje de tu vida muy alto, de golpe, y no sabes que camino tomar sin esa parte. Y es en ese momento en el que te da por reflexionar, y llegas a la conclusión de que siempre estuviste equivocada respecto a la causa por la que solías luchar, por la que te solías levantar por la mañana, en lo que pensabas en ese pequeño instante justo antes de caer dormida. Y entonces todo se da la vuelta, y puedes perderte más o simplemente ampliar tus puntos de mira y avanzar otro poquito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario